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Histeria (2019)

 

Cuando entendí y acepté que soy un ser cíclico sentí la inquietud de explorar cada una de mis fases para tratar de describirlas a través de cuatro personajes increíbles que configuran mi yo consciente. En este EP de 6 canciones comparto el conocimiento experimentado, vivido y asimilado hacia la transformación feminista que ha me ha permitido cambiar mi forma de ver y entender el mundo.

​

​

Somos cíclicas

 

Tantos años adiestrada

en un mundo para ellos.

Tantos años asqueada,

porque sangro y no me muero.

​

Un buen día me mostraron

que mis ritmos son distintos.

Mis hormonas van fluctuando

transformando mis instintos.

​

Aprendí a escucharme

y vivo cada mes

la infancia y la vejez,

porque somos cíclicas.

​

Nuestros cuerpos son la base

que sostiene el patriarcado.

Ellos mandan, ellos saben,

ellos son el diccionario.

​

Y es que somos la mitad

reclamando nuestro espacio.

En su mundo lineal

somos el factor extraño.

​

Aprendí a escucharme

y vivo cada mes

la pubertad y la madurez,

porque somos cíclicas.

​

Aprendí a escucharme.

Disfruto cada mes

mi cuerpo de mujer,

porque somos cíclicas.

​

No estamos locas,

somos cíclicas.

​

​

La Ninfa del Acantilado

 

Ha salido el sol en mi rincón.

Se disolverá el caparazón.

​

Mueve el viento impulsándome

los aromas de la niñez.

Ella emerge en mi realidad

despertando curiosidad.

​

Deshincha los miedos.

Inflama los sueños.

​

Voy a disfrutar con la Ninfa del Acantilado.

Es el ritual, bailaremos dentro del tornado.

Nada que temer, todo por vivir.

Brindar por cada cicatriz.

Hoy me siento libre.

​

Ya deslumbra el sol la habitación.

Alimenta la revolución.

​

Desafía los límites,

reivindica la inmediatez.

Ella invoca la enormidad

del deseo y la voluntad.

​

Deshincha los miedos.

Inflama los sueños.

​

Voy a disfrutar con la Ninfa del Acantilado.

Es el ritual, bailaremos dentro del tornado.

Nada que temer, todo por vivir.

Brindar por cada cicatriz.

Hoy me siento libre.

​

​

La Chamana de las Montañas

 

Voy perdiendo luz, voy ganando gravedad.

Blindo mi balcón por necesidad.

​

No diré que sí, es lo que aprendí.

No quiero salir, quiero estar en mí.

​

Es un bosque azul de penumbra occipital.

Guardo la ilusión por seguridad.

​

Te diré que sí, es lo que aprendí.

Volveré a escribir lo que no fingí.

​

Es refugio de nuestra identidad

la Chamana de las Montañas.

Es irracional, temperamental,

sujetando la muralla.

​

Voy mordiendo luz, voy rascando soledad.

Busco en el umbral de la tempestad.

​

Negaré que huí, es lo que aprendí.

Sé que he de morir para resurgir.

​

Es refugio de nuestra identidad

la Chamana de las Montañas.

Es irracional, temperamental,

sujetando la muralla.

La Ermitaña del Mar

 

Esa forma de dejarme

suspendida en el timón.

Siento el útero vibrante,

arde el fénix interior.

​

En su abrazo siento paz.

Inunda mi cuerpo la Ermitaña del Mar.

​

Me susurra un tarareo

que diluye mi ansiedad.

​

Na na na...

​

Ella me atrapa con su vaivén.

Me deshidrata la nostalgia

y vuelvo a nacer.

​

Tiene tanto que enseñarme,

ella limpia mi dolor.

Me permite soltar lastre,

agudiza mi inutición.

​

En su abrazo está mi hogar.

Rebosa mi cuerpo la Ermitaña del Mar.

​

Me susurra un tarareo

que diluye mi ansiedad.

​

Na na na...

​

Ella me atrapa con su vaivén.

Me deshidrata la nostalgia

y vuelvo a

​

Na na na...

​

​

La Diosa de la Selva

​

Abro los brazos sin pudor,

el barbecho terminó.

Vuelve el olfato y el rigor

para detectar matices.

​

Juego de sombras y rubor,

feromonas en acción.

Viaja en mis venas el licor

para sofocar deslices

​

y así con sólo reír

eriza mi piel

dejando que el rayo impacte.

​

Hunde su poder en mí

que conspira con la luna llena.

Sedimenta con afán

el sabor de la naturaleza.

Ella impregna la raíz

que sostiene y nutre la belleza.

Centinela pertinaz.

Ya llegó la Diosa de la Selva.

​

Voluptuosa conexión,

protectora del temblor.

Su indestructible corazón

reforestará el lenguaje.

​

Es sacrificio y redención,

detractora del rencor.

Opalescente su valor

rediseñará el paisaje

​

y así con sólo reír

doblega mi fe

dejando que el rayo impacte.

​

Hunde su poder en mí

que conspira con la luna llena.

Sedimenta con afán

el sabor de la naturaleza.

Ella impregna la raíz

que sostiene y nutre la belleza.

Centinela pertinaz.

Ya llegó la Diosa de la Selva.

​

​

La otra mitad

​

Rompamos las promesas

que hicimos sin hablar

forzadas por la herencia

de nacer mujer.

​

Crecimos con el miedo

de ser más frágiles.

Perdimos priviligios

por nacer mujer.

​

Somos las nietas de las brujas

que no pudisteis quemar.

Somos la otra mitad.

​

Sintamos nuestra fuerza.

La gran sororidad.

Bailemos en la hoguera

de vivir mujer.

​

Vencimos su cinismo

en tierras vírgenes.

No habrá más terrorismo

por vivir mujer.

​

Somos las nietas de las brujas

que no pudisteis quemar.

Somos la otra mitad.

​

La secuestrada.

Somos legión.

Somos manada.

Somos más.

​

Somos guerreras y esta lucha

ya no se puede parar.

Somos más de la mitad.

​

Las nietas de las brujas.

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